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Todas las miserias de Napoleón

Así podría haberse llamado la película de Ridley Scott de este año. No es que me cause simpatía en absoluto el personaje de Napoleón, es solo que me vendieron una película bélica con intrigas políticas y no es lo que vi en el cine. Más bien era una sátira del personaje, muy respetable también, pero no es lo que me vendieron.

La relación con Josefina me parece interesante porque entiendes a los personajes, pero no se si es necesario ponerlos a follar bajo la mesa, en la bañera, delante de un espejo, al borde de la cama, a veces sin gana… Un poco excesivo.

Además como ya he dicho el espectador iba a ver una película histórica, bélica y con intrigas políticas. Sí que hay unas cuantas batallas, la última debió ser cara, pero el problema esencial del guion de esta película es que hay muy poca intriga política. Esto hace que apenas llegues a conocer a dos de los enemigos de Napoleón y muy superficialmente. Los antagonistas debían de estar mejor construidos, dándoles más minutos a estos personajes para se entendiera bien toda la historia.

Napoleón se presenta como un protagonista pasivo, no parece que tome decisiones

sino que estas siempre están mediadas o instrumentalizadas por otros, por lo que el personaje principal no es el motor de la historia y no creo que esto fuese así.

La película entera es una sucesión de hechos históricos, hilados por cartas a Josefina, pero sin relación entre ellos, ya que no hay una intriga política que mueva a Napoleón de un conflicto al otro.

De pronto está en Egipto, como en un bosque helado o conquistando una Moscú que encuentra vacía, pero en ningún caso se explica, al menos de forma clara, cómo y por qué realiza esas conquistas o se mete en esos conflictos.

El personaje principal, Napoleón, parece no tener motivación alguna excepto por Josefina, y esto descoloca porque no entiendes por qué los franceses lo siguen.

Cuando a la mitad de la película lo rescatan de la isla de Elba, no te explican cómo, pero es evidente que una parte de los militares franceses le tenían un gran respeto como para ir a rescatarlo sin mediar palabra. Sin embargo todo el personaje parece a ratos patético.

No da la impresión de que Napoleón fuese un gran manipulador de masas ni una persona obsesionada con el poder, y sin duda tuvo que serlo.

De otra manera no se entiende la historia. La figura es más bien un ente pasivo y de nuevo esto se arreglaría viéndolo tomar decisiones dando órdenes y enzarzándose en conflictos. Esto pasa a lo largo de la película un par de veces y eso significa que entiendes un par de conflictos, el resto de conflictos bien podrían haber sido tormentas ajenas a él.

Por cierto que cuando marcha sobre Moscú… hay tres mil kilómetros de distancia desde París, antes de eso nos hemos perdido unas cuantas conquistas por el camino.

También decir que como español me siento bastante ninguneado. ¿Dónde queda el “dejame entrar con los trenes que voy a Portugal”? Luego va el tío, conquista España, lo que supone la independencia de casi todas las colonias americanas, y le cuesta a España una guerra de independencia terrible y la caída final de un imperio colonial. Todo eso no es importante para el guion, parece como que no tuviera trascendencia, y la tuvo, vaya que sí la tuvo. El mismo caso podría verse con la pérdida de Haití, en donde Napoleón hincó la rodilla frente a los antiguos esclavos. Nada, en esta versión satírica esto no es ni reseñable.

La película pasa de puntillas por la época de la revolución en donde Napoleón participó y fue un héroe y es ahí donde se hubiese entendido la fama de Napoleón en su época y por qué los militares le seguían.

Además el golpe a Robespierre tal y como se muestra en la cinta es bastante patético.

Da la impresión de que Robespierre es un solo hombre cortando cabezas cuando tenía a todo el club de los Jacobinos detrás, que también fueron decapitados con él. Además la comuna de parís vino a rescatarlo y se atrinchero en el ayuntamiento un día entero hasta que lo sacaron a tiros de allí. De esto no hay nada el en film.

También es cierto que en dos horas y media de película es imposible contar bien esta historia, siempre van a quedar flecos sueltos, pero la realidad es que este período, del que nace el mundo que hoy tenemos, bien merece una o varias grandes series. Algo así como lo que hizo HBO con Roma. Menos tiempo para contar esta historia es simplemente un insulto a la audiencia.

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